Aprender a leer en más de un idioma modifica los procesos cerebrales de lectura. Esta es la conclusión de un estudio del BCBL (Basque Center on Cognition, Brain and Language). Los expertos de este centro puntero explican que, según el idioma nativo, el cerebro aprende a leer de una manera determinada. Los hablantes de lenguas “transparentes”, es decir, aquellas en que se corresponden los sonidos y la escritura, como el español, aprenden a leer las palabras por partes. Dado que los idiomas transparentes se centran en la correspondencia letra-sonido, se considera que aprender a leer en ellos mejora nuestra sensibilidad para pecibir los sonidos del lenguaje.
En cambio, los hablantes de lenguas “opacas”, en las que una misma letra puede tener diferentes sonidos según el término, como el francés o el inglés, aprenden a leer las palabras enteras. Aprender a leer en idiomas opacos reforzaría la capacidad de procesar muchos elementos visuales rápidamente, porque en ellos es necesario descifrar las palabras completas para conseguir una lectura fluida.
Los investigadores del BCBL han observado que quien aprende a leer en dos idiomas a la vez no lee igual que los monolingües, sino que sigue una pauta diferente. En las personas que pueden leer en más de un idioma se da una nueva estrategia de lectura. Por ejemplo, una persona que ha aprendido a leer en español y en inglés empleará una estrategia global, incluso al leer en español, debido a la influencia del segundo idioma.
Este descubrimiento termina de desmontar la idea de que aprender una segunda lengua crea problemas en los niños, que pueden confundir los términos de uno y otro idioma. Al contrario, el estudio incide también en que el aprendizaje de lenguas puede mejorar los casos de dislexia, dependiendo de la combinación de idiomas que se aprendan.
¿Quieres recibir en tu correo las últimas novedades en la enseñanza de idiomas? Suscríbete a nuestra newsletter (solo recibirás una al mes).