¿Cuál es el mejor método para aprender un idioma?

Cuando aprendemos un idioma queremos hacerlo de manera rápida y con solidez, para no olvidar los contenidos en cuanto salimos de clase.  Hoy en día, muchas academias anuncian que tienen un método propio, que siempre definen como ‘innovador’ (aunque lleven diez años sin actualizarlo).  Es cierto que las mejores academias de idiomas elaboran sus propios materiales, pero al final todas se apoyan en cuatro enfoques básicos.

 

Enfoque tradicional

Listas de verbos irregulares. Mucha gramática. Vocabulario desconectado de los temas. Alguna canción. Es el enfoque con que aprendimos inglés en el instituto, basado en la memoria y la repetición. ¿Tiene algo bueno? Sí, este enfoque da un conocimiento sólido de la gramática, que es el esqueleto de un idioma. ¿Su principal punto débil? Presta poca atención a la conversación y menos aún a las expresiones informales que se usan en el día a día.

 

Enfoque comunicativo

Es el extremo contrario al anterior. Con este enfoque se busca ante todo facilitar la producción oral, no quedarte trabado en el momento de hablar. Aporta estrategias para hacerte entender aunque no tengas mucho vocabulario. Este enfoque resulta adecuado para hacer un viaje puntual, mantener conversaciones cortas o hablar en público sin mucha profundidad. ¿Su punto débil? Presta poca atención a la gramática. Vale, es aburrida, pero imprescindible para saber construir mensajes correctamente.

 

Enfoque por tareas

También llamado enfoque por proyectos, este método ya ha llegado a la educación pública y se ha hecho un hueco merecido en las academias de idiomas. En este enfoque, cada unidad se basa en actividades de uso de la lengua, y no en estructuras o categorías gramaticales. Además, presenta una relación lógica entre el vocabulario y las situaciones comunicativas. Por ejemplo, si se está tratando sobre el deporte, se dará vocabulario sobre las partes del cuerpo;  si se enseña el nombre de los alimentos, seguro que habrá actividades basadas en la tienda o el restaurante. ¿Su punto débil? Este método funciona muy bien en grupos grandes, así que algunas academias lo utilizan para evitar dar una atención personalizada.

 

Enfoque constructivista

Este método no se basa en los conocimientos sino en el estudiante. Más que enseñar, el profesor del método constructivista guía al estudiante en su proceso de aprendizaje. Con este enfoque, se aprende a través de la interacción entre alumnos, profesor, contenido y contexto. Al igual que el método por tareas, se apoya mucho más en las situaciones comunicativas que en las estructuras. Es uno de los mejores métodos si se trata de un grupo de estudiantes pequeño o de una clase individual, puesto que se basa en la manera de aprender del alumno y sus conocimientos previos. ¿Su punto débil? Es muy difícil de poner en práctica en grupos de más de cinco estudiantes.

1 comentario
  1. Excelente, me hace pensar en la mejor forma de aprender un idioma en mi punto de vista es: divertirte, conectar tus emociones con la información para lograr el conocimiento a largo plazo y hacerlo tuyo.
    Mi segundo idioma me llevo muchos años aprender esto. Si a eso le sumamos que cada uno tiene un estilo de aprendizaje diferente.

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