¿Cuál es el número ideal de alumnos por clase?

En una academia de idiomas es fundamental acertar con la cantidad de estudiantes por aula. Dado que las academias de idiomas no tienen números de alumnos mínimos ni máximos por ley, podemos adecuar estas ratios según nuestro propio criterio. Pero esta libertad también implica dudas para muchas academias. Si tenemos demasiadas personas en una clase rentabilizaremos mucho cada hora impartida, pero la calidad de la enseñanza será menor, ya que no podremos hacer un seguimiento personalizado de cada alumno. En cambio, si tenemos muy pocos estudiantes, podemos llegar a perder dinero y las clases serán menos dinámicas.

El número mínimo

Para decidir cuál es el mínimo de estudiantes con que puedes abrir un grupo, la clave es la rentabilidad. Calcula el coste de cada hora de clase atendiendo a todos los factores: cuánto tienes que pagar al profesor, impuestos incluidos; la parte proporcional que representa el aula respecto del alquiler total de tu local; el gasto en luz y la calefacción o el aire acondicionado. Después calcula con cuántos estudiantes puedes cubrir esos gastos: ahí está tu mínimo de estudiantes por aula.

No obstante, si acabas de abrir tu academia, puede que te convenga iniciar tu actividad aunque pierdas dinero al principio. Si has calculado que tu mínimo rentable son cuatro alumnos por grupo pero solo tienes tres inscripciones, ¡lánzate! Al igual que nadie entra en un bar vacío, una academia sin grupos funcionando da una mala imagen a nuestros posibles clientes. Abriendo un nuevo grupo se visualizará que estás en marcha y empezarás a conseguir de tus alumnos la mejor publicidad: el boca a boca.

El número máximo

Si atendemos solo a la rentabilidad, el número mínimo de estudiantes por aula debería estar entre el 40 y el 50% de tu número máximo. Por ejemplo, si tu mínimo por aula son cuatro estudiantes, el máximo debería ser entre ocho y diez. De esta manera, si una persona más se inscribe, podrás dividir el grupo en dos secciones sin perder dinero.

¿Y en lo pedagógico? Aquí intervienen factores más diversos. Uno, el espacio: nuestros estudiantes necesitan estar cómodos en clase, sin aglomeraciones que conviertan el aula en un espacio poco confortable. Otro factor, y este de más relevancia aún, son nuestros profesores: una persona motivada y con experiencia en la enseñanza puede hacer un seguimiento personalizado de más estudiantes a la vez. En cambio, si nuestros docentes son principiantes, si están desactualizados, si tienen demasiada carga de trabajo o si no les damos la motivación adecuada, encontrarán serias dificultades al enfrentarse a un grupo numeroso. Y eso puede traducirse en que nuestro alumnado aprenda poco, sienta que pierde el tiempo y abandone nuestra academia. También puede ocurrir lo que más tememos: que los alumnos descontentos nos den publicidad negativa al transmitir a sus conocidos que no somos una buena opción.

Otro factor a tener en cuenta es el número máximo de alumnos por aula que establece tu competencia. Si tu máximo son diez estudiantes y el de tus competidores directos es ocho, a igualdad de precio y similar calidad, los futuros alumnos se inclinarán por las aulas menos llenas. A manera de ejemplo, en las academias de español para extranjeros que se encuentran en grandes ciudades es habitual que el número máximo sea de nueve estudiantes: es una cifra razonable, y la competitividad en el sector ha ido nivelando la ratio por sí sola. En cambio, para la enseñanza de otros idiomas el número máximo de alumnos sigue siendo muy variable, desde seis estudiantes hasta quince.

¿Nuestro consejo?

No podemos darte una cifra cerrada, puesto que cada academia es un mundo. Y ya que tú eres quien mejor conoce tu academia, tu entorno y tu competencia, te recomendamos que busques tu máximo ideal basándote en los tres factores clave que hemos explicado: rentabilidad, competitividad y eficiencia en el aula.

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