Los idiomas orientales son un reto para los estudiantes españoles por varios motivos. La fonética es totalmente distinta a las lenguas occidentales, dado que hay diferencias vocálicas según el tono en que se pronuncian. La escritura es una dificultad añadida, dado que los alfabetos orientales son opacos y exigen un largo entrenamiento. La gramática es totalmente diferente a la de las lenguas romances o al inglés, lo que provoca que no haya asideros ni puntos de apoyo. Además, no es fácil encontrar personas con quienes practicar la conversación en estas lenguas.
Por eso, la aplicación LingoDeer es un alivio para quienes quieran aprender las lenguas de Extremo Oriente.
¿Cómo funciona?
Después de elegir el idioma que queremos practicar, se abre una breve explicación de cómo está estructurada cada lengua. Una gran diferencia con respecto a otras apps de idiomas, que se suelen saltar cualquier explicación gramatical. Tras esto, se presentan una serie de ideogramas, acompañados de una muestra de cómo escribirlos y de su pronunciación correcta.
En otros ejercicios, se presenta el sonido de una letra o palabra y opcionas para relacionarlas con su escritura. También ofrece tarjetas de vocabulario que combinan imagen, escritura y pronunciación.
Tres idiomas, ocho alfabetos
Dado que los idiomas orientales usan diferentes métodos de escritura, LingoDeer se adapta a esta peculiaridad. Para aprender japonés, la app se presenta en los alfabetos kana (silábico), kanji (ideogramas) y romaji (alfabeto latino).
Para el coreano ofrece los alfabetos hangul (silábico) y latino.
Para el chino, el alfabeto chino tradicional, chino simplificado y pinyin (latino).
El funcionamiento, por lo demás, es intuitivo y muy parecido a otras apps similares. Se basa en la repetición y la memoria visual. En general es más útil para el vocabulario que para la gramática.
De hecho, en los tres idiomas, lo más interesante es la amplitud de vocabulario que se ofrece. Por cada lengua, unas 2.000 palabras, que equivalen a un nivel de vocabulario B2.
Este tipo de apps son un refuerzo interesante pero no son la manera de aprender realmente una lengua. Eso sí, en idiomas tan complejos como el chino, coreano y japonés nunca viene mal una pequeña ayuda.
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